La identificación precos de los síntomas de ataque de Rhynchophorus ferrugineus en las palmeras, requiere del control visual de todos los ejemplos sensibles. En el caso de Phoenix canariensis el daño se localiza principalmente en la cabeza o corona de la palmera, por lo que se observará si hay:
Hojas exernas caídas, con señales evidentes de desgarros a nivel de inserción en el tronco.
Un desplome general de la corona de hojas.
Aspecto ligeramente decaído de las hojas más tiernas del penacho central (palmito), adquiriendo una coloración que va del amarillo al pardo rojizo.
Orificios en el corte de la corona.
Restos de pupas (capullos) entre las hojas.
Retorcimiento de las hojas en las axilas.
Foliolos comidos.
Raquis comido y/o tronchado.
Restos de fibra.
En el caso de Phoenix dactylifera, el daño se localiza principalmente en la base de la misma, en la zona donde se encuentran los hijuelos y en el tronco, por lo que se observará si hay:
Exudación de color rojizo o negro y restos de fibra que pueden aparecer en el fuste de los ejemplares afectados.
Hijuelos con hojas comidas.
Pupas y orificios al levantar algunas de las axilas de las hojas que quedan pegadas al tronco.
El método de inyección al tronco “a baja presión” se basa en el empleo de dos elementos: una cánula de plástico (inyector), que se inserta en la perforación practicada en el estipe de la palmera, y un bote presurizado conteniendo la solución específica (inyección), que se conecta al inyector. La incorporación del producto al sistema vascular tiene lugar gracias al proceso natural de transpiración de la palmera, que toma la disolución desde la cámara de absorción practicada. La cápsula permite la reposición continua de producto en la cámara de absorción hasta su total vaciado.
Procedimiento a seguir para una correcta aplicación de la inyección en la palmera:
1. Practicar una perforación en el tronco o estipe empleando taladro y broca de metal de 6,5mm de diámetro y entre 35-50cm de longitud, introduciendo y extrayendo 2 ó 3 veces la broca a fin de que la perforación quede limpia. Esta perforación ha de realizarse ligeramente inclinada hacia abajo y ha de alcanzar la zona central de la palmera. Las perforaciones se deben realizar a diferente altura unas de otras, homogéneamente repartidas alrededor del contorno del tronco (una por cada 25-30 cms de perímetro) y todas ellas a 1-2m por debajo de la corona de hojas.
* Es importante desinfectar la broca entre aplicación de una palmera a otra. Para ello puede
bastar con sumergir la broca usada en disolución al 50% con lejía.
2. Insertar el inyector en la perforación hasta que se ajuste perfectamente. Para ello basta con empujar con los dedos o dar un ligero golpe con un martillo de nylon, procurando que la cabeza del inyector quede separada de la corteza.
3. Conectar la inyección a la cabeza del conector inyectado en el tronco. Dejar suspendido el bote hasta su total absorción.
4. Una vez absorbidas las inyecciones de la última reposición del año, extraer el conetcor y la inyección, mojar la perforación con una solución a base de fitoprotector y tapar con un mástic cicatrizante.
En las podas de palmeras, se tendrá en cuenta:
Sólo podar las hojas secas.
Se recomienda no cepillar los extípites o troncos de las palmeras sensibles.
En el caso de que sea necesario por motivos de seguridad ciudadana, el corte de hojas verdes, la cicatriz se tratará con aceite mineral y posteriormente se aplicará un mastic de poda.
Los cortes deberán ser siempre limpios y no deberán provocar desgarros.
En las especies más sensibles (Phoenix spp) éstas labores solo se ejecutarán en los meses de noviembre a febrero.
Los restos de poda deberán transportarse tapados con material plástico o similar hasta el vertedero autorizado.
Se deberán evitar las nuevas plantaciones con especies sensibles (Decisión de la comisión de 6 de octubre de 2008)
Areca catechu,
Arenga pinnata,
Borassus flabellifer,
Brahea armata,
Butia capitata,
Calamus merillii
Caryota máxima,
Caryota cumingii,
Cahamaerops humilliis,
Cocos nucifera,
Corypha gebanga
Corypha elata,
Elaeis Guneeensis,
Livistona australis,
Livistona deciplens,
Metroxylos sagu
Oreodoxa regia,
Phoenix canariensis,
Phoenix dactylifera,
Phoenix theophrasti,
Phoenix sylvestris
Sabal umbraculifera,
Trachycarpus fortunei,
Washingtonia
Este tratamiento está indicado para palmeras con síntomas externos por ataque de picudo rojo, palmeras situadas en las proximidades de las anteriores, y en palmeras después de realizarles el saneamiento mecánico.
Realizar la aplicación desde arriba de la corona a modo de ducha empleando gota gruesa, sobre el cogollo y base de las hojas. Se realizarán con una periodicidad comprendida entre 20-30 días. El gasto aproximado será de 20 litros de caldo por palmera. Al año se necesitarán aproximadamente 6 aplicaciones foliares por palmera.
Dosis por palmera: Clorpirifos 48% a 120 c.c/palmera. + Imidacloprid 20% a 50 c.c/palmera.